Soft skills: qué son y listado de las más importantes
¿Sabes escribir muy bien o controlas a la perfección un software concreto? En este caso, son habilidades que puedes acreditar mediante certificados o experiencia profesional demostrable. Por lo tanto, forman parte de lo que conocemos como hard skills. Sin embargo, existe un conjunto de habilidades que determinan en último término qué tipo de persona y de trabajador eres realmente y que no pueden acreditarse de ninguna manera. Estas son las soft skills o habilidades blandas , de gran importancia por dar forma en gran medida a tu personalidad.
Si buscas entre las ofertas de empleo, podrás encontrar muchos ejemplos en los que las empresas solicitan específicamente tener soft skills: ser una persona que sabe trabajar en equipo, tener ambición, sentido crítico, empatía, dotes comunicativas u organizativas, saber hacer una buena presentación, saber gestionar las horas de trabajo, tener facilidad para aprender nuevas competencias, saber trabajar de forma independiente, tener curiosidad, autocontrol o sentido del compromiso, etc. La lista puede ser infinita y lo normal es que casi todos los especialistas en recursos humanos vayan a buscar alguna de estas cualidades cuando buscan nuevos empleados. Por lo tanto, para tener éxito en el mercado laboral, es importante saber qué son y qué tipos de soft skills existen.
¿Qué son las soft skills?
Las hard skills son un conjunto de habilidades que pueden acreditarse. En cambio, las soft skills son más difíciles de acreditar y solo puede hacerse de un modo parcial mediante certificados y experiencia laboral demostrable. Las habilidades y competencias técnicas son muy fáciles de certificar y desempeñan un papel más importante en el proceso de solicitud de empleo. Sin embargo, es posible compensar la falta de conocimientos especializados si, por ejemplo, eres una persona capaz de adquirir nuevos conocimientos rápidamente. En muchas ocasiones, las soft skills acaban jugando un papel realmente importante en la selección de personal. Las entrevistas suelen ser determinantes, especialmente en aquellos casos en los que hay varios candidatos con habilidades y experiencia similares.
Las soft skills hacen referencia a aquellas competencias que dan capacidad a la persona de motivar y trabajar en equipo y, también, en un sentido más amplio, a aquellos rasgos del carácter que hacen a una persona. Normalmente, las soft skills pueden dividirse en tres categorías: habilidades interpersonales, competencias sociales y habilidades metódicas. Esencialmente, estas tres categorías responden a las siguientes cuestiones: ¿cómo actúas como individuo independiente?, ¿cómo actúas como individuo social? y ¿de qué manera te enfrentas a los desafíos?
¿Por qué son tan importantes las soft skills?
No importa si destacas por encima del resto gracias a tus hard skills. En la vida laboral, te resultará muy difícil salir adelante si no dispones de un conjunto sólido de soft skills. Aunque existen ciertos puestos de trabajo que requieren de expertos altamente cualificados y no tanto de personas con soft skills, no es el caso más común. Saber trabajar en equipo, tener dotes comunicativas y talento organizativo son habilidades mucho más demandadas, es decir, se piden competencias que sirven para crear un ambiente positivo de trabajo.
Algunos puestos requieren de más trabajo en equipo que otros. Otros requieren estar preparado para enfrentarse a un reto nuevo todos los días y, por lo tanto, es necesario tener independencia y flexibilidad. En cambio, cuando el trabajo es muy repetitivo, es necesario tener resistencia mental y disciplina. Es decir, que es muy difícil establecer qué soft skills o habilidades blandas son más importantes que otras. Lo que está claro es que disponer de un conjunto sólido de soft skills es algo muy valioso en cualquier puesto de trabajo.
¿Cuál es la mejor forma de demostrar que poseo soft skills?
Las hard skills normalmente aparecen enumeradas en nuestro CV, pero las soft skills son más difíciles de presentar. Puede que tengas razón, pero a lo mejor no es del todo apropiado que digas que eres capaz de aprender rápidamente nuevas habilidades o que eres una persona muy sociable sin poder acreditarlo. Lo más recomendable es que en la carta de motivación de tu candidatura quedara claro de forma implícita qué soft skills posees. Te lo explicamos con ejemplos:
- La formulación que elijas en tu carta de motivación dirá mucho sobre si eres una persona simpática, creativa, inflexible, etc.
- Puedes aprovechar para subrayar cuáles son tus características personales en la presentación de tu solicitud. Por ejemplo, un diseño original transmitirá la idea de una persona creativa con confianza en sí misma.
- Las personas que han estado trabajando mientras estudiaban muestran tener alta tolerancia al estrés y autodisciplina. Según el tipo de actividad, este hecho sirve para acreditar que tienes habilidades de trabajo en equipo.
- Si en un CV aparecen actividades de voluntariado, indicará que se trata de una persona socialmente competente y que tiene un alto grado de automotivación.
- En un CV es muy común incluir aficiones e intereses. Un deporte de equipo, por ejemplo, promueve las habilidades sociales. El interés en los juegos de estrategia, indica un punto fuerte en la resolución de problemas.
- Por último, pero no por ello menos importante, la foto de tu solicitud dice mucho de ti. Si consigues reflejar tu carácter sin parecer poco profesional, conseguirás destacar positivamente. En cualquier caso, invertir en un fotógrafo profesional es siempre una buena idea.
Consulta los siguientes consejos para entrevistas para aprender a reconocer cuáles son tus fortalezas (donde seguro que hay muchas soft skills) y a comunicarlas de forma efectiva en una entrevista.
¿Cuántas soft skills existen?
Es imposible hacer una lista con todas las soft skills que existen. Al fin y al cabo, la variedad de rasgos humanos que podemos encontrar en la gente puede llegar a ser difícil de conceptualizar. Además, muchos de los rasgos que vamos a comentar, a continuación, funcionan juntos e interactúan unos con otros de manera constructiva. Las soft skills de “resiliencia” y “resistencia al estrés” normalmente van de la mano, al igual que las “habilidades analíticas” y la “autorreflexión”. Por lo tanto, no basta con saber exactamente cuántas soft skills tienes, sino que también es importante conocer cuáles funcionan bien juntas.
Nadie es perfecto. Por eso, no van a esperar que controles todas las soft skills que existen. Según el perfil de trabajo, los colegas, el entorno laboral, etc., algunas cobrarán una mayor importancia. A veces, se va a exigir una soft skill concreta y otra no va a desempeñar más que un papel secundario. Es decir, no debes considerar la siguiente lista como una guía fija que tienes que cumplir, sino como un glosario de posibles soft skills importantes.
Como ya hemos comentado, es posible dividir las soft skills entre tres categorías:
Habilidades interpersonales
Las habilidades interpersonales incluyen aquellas competencias que te hacen único como individuo. Muchas de ellas se confunden con habilidades de otras categorías. Por ejemplo, una persona que tenga seguridad en sí misma y capacidad de autorreflexión, podrá convencer más fácilmente a los demás en una interacción social. Las personas motivadas y comprometidas suelen estar más dispuestas a adquirir o ampliar sus habilidades metódicas.
Resiliencia
Si eres capaz de sacar mucho trabajo sin agobiarte. Es decir, cuando tienes que trabajar bajo presión y hay muchas expectativas puestas en ti, eres capaz de alcanzar tus metas sin bajar tu rendimiento. Si eres capaz de hacer frente a situaciones imprevistas y a cambios con determinación y sin que el estrés te pase factura, entonces, tienes resiliencia. Disponer de esta capacidad para sobreponerse a la adversidad, te convertirá, además, en un modelo a seguir para otros colegas que no tengan esta habilidad tan desarrollada. Todas las empresas valoran a empleados fuertes, en los que pueden confiar incluso en los momentos más turbulentos.
Responsabilidad individual
Esta habilidad es típica de personas que saben trabajar solas y saben valorar correctamente las consecuencias de sus actos. Además, son capaces de asumir dichas consecuencias y aprender de ellas para el futuro. Son personas maduras y con determinación, pero también son capaces de actuar solidariamente. La responsabilidad individual no excluye tener la habilidad de asumir la responsabilidad de los demás. Se trata de personas autosuficientes que saben enfrentarse a los desafíos del día a día por sí mismos. Por ello, son capaces de asumir sus errores y aceptar la responsabilidad derivada de daños que puedan haberse ocasionado al mismo tiempo que muestran capacidad para tomar medidas de forma independiente dando lo mejor de ellas mismas.
Compromiso
Esta habilidad es característica de personas que son capaces de salir de su zona de confort, asumir nuevos retos y emplear sus capacidades para fines de los que no obtendrán un beneficio directo. Las personas con dedicación saben invertir tiempo y energía en ayudar a los demás participando, por ejemplo, en proyectos sociales. En el trabajo, el compromiso significa no centrarse exclusivamente en las tareas propias, sino dar más de lo que se espera de uno. Los empleados comprometidos suelen tener un efecto positivo sobre el ambiente laboral. El compromiso es, por lo tanto, una de las soft skills que te ayudarán a progresar en tu carrera.
Motivación
Esta habilidad es característica de personas dispuestas a actuar y que se esfuerzan por alcanzar ciertas metas. Además, saben llevar a cabo las tareas que les corresponden correctamente. La motivación es una fuerza interna. Por eso, muchas personas para motivarse se ponen metas y recompensas. Para otras personas, el hecho de ser apreciado por sus jefes y los colegas del trabajo, disponer de estabilidad financiera en su familia o, simplemente, tener las tardes para descansar tras el trabajo es suficiente. Cada persona tiene una fuente de motivación diferente. Lo que está claro, es que es importante estar motivado.
Curiosidad
Las personas curiosas no pueden evitar querer experimentar y aprender cosas nuevas. Se trata de personas que sienten una atracción especial por lo desconocido. La curiosidad, en la sociedad, no siempre tiene connotaciones positivas. A veces, las personas demasiado curiosas son consideradas molestas. Eso sí, si la curiosidad es sana, sirve como motivación a la hora de afrontar nuevos retos y explorar territorios desconocidos. En el trabajo, esto se traduce en personas que muestran interés por las tareas y habilidades que, en principio, no estaban relacionadas con su perfil laboral.
Autodisciplina
Esta habilidad es característica de personas que saben cómo comportarse y tener todo bajo control. Además, son capaces de mantener la atención en sus tareas principales sin distraerse. Cuando se presentan eventos imprevistos, reaccionan con seguridad y no pierden de vista su objetivo. El trabajo diario implica ser capaz de tener concentración y atención y eso es algo que se consigue gracias a la autodisciplina. Para lograr tener autodisciplina plena es necesario aplicar de forma constante el autocontrol.
Para alcanzar la autodisciplina, es necesario tener una perspectiva crítica sobre las propias acciones y ser capaces de organizar correctamente las prioridades. En el trabajo, esto significa que hay que ser capaz de priorizar las tareas y conseguir mantener a raya las distracciones típicas como los intereses personales y la pereza.
Autorreflexión
Las personas con autorreflexión son capaces de evaluar sus propias acciones y aprender de sus errores. Al mismo tiempo, saben reconocer cuándo han hecho un buen trabajo. Esta habilidad personal tiene un impacto enorme sobre nuestro desarrollo personal. Al mismo tiempo, los demás pueden darse cuenta de ese impacto: las personas auto-reflexivas aprenden rápido y crecen a medida que desarrollan sus tareas. Son personas que saben asumir dónde está su límite. Saben reconocer que hay buenas razones por las que algunas tareas deben ser llevadas a cabo exclusivamente por expertos (por ejemplo, el mantenimiento del servidor o la programación backend). Este tipo de personas no están tan expuestas como otras al riesgo de sobrevalorarse, lo que puede acabar teniendo consecuencias negativas.
Confianza en uno mismo
Mientras que la autorreflexión implica ser capaz de conocer las propias debilidades, la confianza en uno mismo implica ser capaz de reconocer y hacer valer las fortalezas. Las personas que tienen confianza en ellas mismas nunca se venden por menos de lo que realmente valen y saben con exactitud cuál es su precio. Tener una sólida confianza en uno mismo afecta a otras habilidades y áreas de la vida porque es propia de personas con una personalidad bien estructurada. Además, este tipo de personas no sienten miedo ante nuevos retos y son capaces de expresar siempre su opinión.
Competencias sociales
Las soft skills pueden ser definidas como aquellas habilidades que se ponen en práctica en los entornos laborales y que involucran a compañeros y superiores, es decir, se sitúan en un plano social. Para muchos especialistas en recursos humanos, por ejemplo, es muy importante saber si la persona que solicita el empleo sabe trabajar en equipo o tiene buenas dotes comunicativas durante la entrevista. Las competencias sociales no pueden reemplazar a las cualificaciones profesionales, pero pueden acabar marcando la diferencia cuando se duda entre varios candidatos. Según el perfil del puesto de trabajo, pueden acabar siendo consideradas un requisito imprescindible.
Durante el proceso de selección, los especialistas en recursos humanos intentan hacerse una idea lo más veraz posible de cuáles son las competencias sociales del solicitante. Además, las competencias sociales suelen definir cómo se siente la persona en el trabajo y qué tal se adapta a los entornos laborales típicos de la vida profesional (también en el caso de oficinas con estaciones de trabajo informáticas).
Empatía
Una persona empática es capaz de ponerse en el lugar de sus compañeros, tanto cuando fracasan como cuando tienen éxito. Se trata de personas con intuición social que les permite reaccionar con tacto y respeto ante las situaciones complejas que puedan estar viviendo sus colegas. Esto abarca también a circunstancias que no pertenezcan al ámbito laboral. Por ejemplo, si un empleo baja su rendimiento porque está pasando por un mal momento en su vida personal, las personas empáticas saben mostrar comprensión. La empatía en el trabajo es importante para poder humanizar las relaciones incluso en situaciones de gran presión y competitividad.
Capacidad de integración
Romper las estructuras sociales es algo realmente difícil de conseguir. Pero si eres capaz de integrarte en el entorno social preexistente cuando empiezas en un nuevo trabajo y consigues hacerte un hueco, entonces tienes capacidad de integración. Se trata de ser capaz de no ser considerado el “nuevo” durante mucho tiempo y conseguir ser visto como una parte independiente de ese entorno social y laboral. Si se tiene capacidad de integración, los nuevos compañeros pronto serán conocidos o incluso amigos. La integración no implica exclusivamente saber respetar las convenciones. Tener capacidad de integración implica ser capaz de influir en el entorno para así ser una parte indispensable de la estructura social.
Capacidad de comunicación
La capacidad de comunicarse con convicción es una de las habilidades más importantes y valoradas por todas las empresas. Como profesional de la comunicación, tendrás que tener facilidad para expresar tus pensamientos de forma concisa y saber crear conversaciones agradables. Hoy en día, esto abarca las plataformas digitales en las que es necesario saber mantener un tono agradable (tanto por chat como por correo electrónico, por ejemplo). Además, saber interpretar directrices y seguir instrucciones es clave. Una persona con capacidad de comunicación es capaz de expresar con seguridad sus preocupaciones. Durante una entrevista, el entrevistador intentará poner a prueba tu capacidad de comunicación.
Capacidad para aceptar las críticas
Una persona con capacidad para aceptar las críticas tendrá la habilidad de saber encajar las críticas hacia su persona. Es decir, se trata de personas que no reaccionan ni impulsiva ni emocionalmente a las críticas, sino que reciben los comentarios con tranquilidad y los utilizan para mejorar. Las críticas normalmente están dirigidas a las personas menos preparadas y suelen minar la confianza en sí mismos porque se sienten atacados y expulsados de su zona de confort. Pero, en muchas ocasiones, esas críticas están bien fundamentadas. Las personas que saben aceptar las críticas y saben utilizarlas de forma constructiva suelen acabar siendo más exitosas.
Conocimiento de la naturaleza humana
El conocimiento de la naturaleza humana es un término poco preciso. Fundamentalmente, describe la habilidad para evaluar correctamente a otras personas en base principalmente a evidencias circunstanciales. Un experto en la naturaleza humana tiene más probabilidades de obtener el resultado deseado a través de sus actos sociales. Al mismo tiempo, es capaz de anticipar las acciones y reacciones de otras personas de forma precisa. Esta habilidad es muy práctica en nuestro día a día. Un alto grado de conocimiento de la naturaleza humana es especialmente beneficioso en aquellos entornos profesionales en los que se trabaja directamente con clientes o pacientes.
Capacidad para trabajar en equipo
En muchos trabajos es necesario trabajar en equipo. Una persona con capacidad para trabajar en equipo entiende el reparto de las tareas, es bueno comunicándose en grupo, sabe mostrar autoridad y dispone de otras características importantes para lograr trabajar con otras personas. Se trata de personas que saben involucrarse de forma competente en los proyectos. Además, es necesario saber utilizar varias habilidades sociales. Las personas que saben trabajar en equipo suelen disponer de un conjunto sólido de soft skills que les sirven de ayuda en todos los entornos profesionales. En el mundo moderno profesional, la habilidad para trabajar en equipo es, normalmente, una de las habilidades más demandadas y se prueba constantemente a los solicitantes de empleo en este aspecto.
Forma de interactuar
La forma de interactuar con otras personas es parcialmente inherente. Algunas personas suelen hacer bromas todo el rato para conseguir crear un ambiente distendido, pero a veces pueden correr el riesgo de no ser tomadas en serio. Por otra parte, hay personas que son muy serias en el trabajo y le dan mucha importancia a comunicarse de forma orientada a los resultados. En el mejor de los casos, son personas que consiguen desprender aire de profesionalidad. En el peor de los casos, son vistas como poco flexibles.
La “mejor” forma de interactuar con los demás se encuentra en el equilibrio perfecto. Ser competentes y responsables sin parecer aburridas o demasiado rígidas. La forma que tengas de interactuar con los demás determina en gran medida qué impresión estás causando.
Habilidades metódicas
Este tipo de habilidad está cerca de las hard skills porque las habilidades metódicas suelen valorarse a través de la experiencia concreta. Pero no son tan fáciles de demostrar; muchas veces no son más que un prerrequisito básico para la adquisición de hard skills demostrables. Por ejemplo, se puede considerar a la soft skill “técnicas de presentación” como una base esencial para la hard skill “PowerPoint”, del mismo modo que tener la habilidad de resolución de problemas es una competencia necesaria para aprender lenguajes de programación.
Las habilidades metódicas (como la resistencia al estrés) a menudo se confunden con las habilidades interpersonales (como la resiliencia). Pero, las habilidades metódicas se enmarcan en una categoría aparte porque además de cubrir el plano personal, tienen que ver más directamente con habilidades profesionales.
Habilidades analíticas
Realizar un análisis consiste en poner al descubierto los mecanismos subyacentes de hechos complejos para desglosarlos en sus componentes más importantes. Las habilidades analíticas de una persona la convierten en un observador capaz de poner en práctica los conocimientos adquiridos y capaz de mejorarse a sí mismo, su método y a su equipo. Algo que cobra especial relevancia cuando las cosas no salen bien, ya que es muy importante saber emplear las habilidades analíticas para poder aprender de los errores. Ayudará muchísimo tener también capacidad comunicativa y de auto-reflexión.
Capacidad de organización
Al desempeñar una actividad laboral a diario, hay que llevar a cabo varias tareas que no se pueden finalizar al mismo tiempo. Tener la facultad de saber gestionarlas de forma inteligente te convierte en una persona eficaz. Así, una persona con un talento especial para la organización es capaz de priorizar las tareas con sentido y estructurar el trabajo diario y el de sus empleados de la forma más eficiente posible. Esta soft skill gana terreno en importancia si el trabajo implica saber actuar de forma independiente y cubrir un amplio abanico de tareas.
Técnicas de presentación
Cuando una persona muestra seguridad en su comportamiento y su estilo discursivo engancha, es capaz de destacar en las presentaciones que hace. Tanto si se trata de una presentación de PowerPoint para presentar un proyecto específico o un resumen del progreso realizado en una reunión de equipo, las técnicas de presentación ayudan a que todos los puntos importantes se comuniquen de forma comprensible para todos. Esta soft skill gana terreno en importancia a medida que uno asciende en la jerarquía corporativa.
Resolución de problemas
Esta soft skill está estrechamente vinculada con las habilidades analíticas. La resolución de problemas implica disponer de una estrategia apropiada y para llegar a ella es necesario tener una comprensión clara y haber hecho un análisis del problema. Si una persona tiene la capacidad de resolver problemas, se enfrentará a cualquier reto asociado a nuevos cambios con la mente siempre alerta y podrá aportar ideas creativas. Ante cualquier problema, una persona con capacidad de resolución de problemas es capaz de encontrar el origen, reconocer las consecuencias y crear una estrategia apropiada para resolver el problema. Es posible recibir formación para desarrollar esta habilidad de forma entretenida, por ejemplo, jugando a juegos de ordenador de retos o a deportes con carga mental.
Resistencia al estrés
La capacidad para aguantar el estrés depende principalmente de las habilidades personales de cada uno. Si queremos poder enfrentarnos a los cambios imprevisibles de nuestro día a día hay tres habilidades que funcionan juntas: la habilidad para enfrentarnos al estrés, la responsabilidad personal y la motivación. Existen muchas técnicas para desarrollar esta habilidad, pero, en general, la resistencia al estrés está vinculada a una personalidad sólida. Al tratarse de una habilidad metódica, también hace referencia a la capacidad para saber eliminar el estrés cuando surge aplicando un alto grado de disciplina, auto-organización y auto-reflexión.
Saber desenvolverse con los nuevos medios digitales
El actual entorno digital ofrece muchas oportunidades y también muchos peligros. Saber manejar de una forma hábil e inteligente los conocidos como nuevos medios de comunicación (redes sociales, plataformas online, redes profesionales, etc.) es una importante soft skill para poder presentarnos y presentar a los demás y a nuestra empresa ante el resto del mundo. Si estos medios no se utilizan con cuidado puede acabar habiendo consecuencias negativas significativas. Por ejemplo ¿qué ocurriría si alguien revela secretos de la empresa a través de cuentas privadas o aparece una queja sobre el entorno laboral en las redes sociales?
Hay que resaltar que las redes sociales, concretamente, han cambiado la forma en que nos presentamos ante los demás. Por eso, es importante utilizarlas de una manera que no dañe a nuestra reputación ni a la de nuestra empresa. En general, es necesario desarrollar una sensibilidad mediática para poder utilizar nuestras habilidades personales y sociales de una manera rentable en el entorno digital.