El efecto látigo en la cadena de suministro

La economía de mercado moderna es un sistema complejo donde el más mínimo cambio en un punto de la cadena de suministro puede repercutir en todos los demás. La base de este sistema es la oferta y la demanda. Estos dos factores dependen directamente el uno del otro y, no solo son decisivos para el éxito o el fracaso económico de una empresa, sino que también son la base de todas las decisiones estratégicas. De ahí que, a la hora de evaluar los datos de la demanda, haya que consultar diferentes aspectos que nos permitan obtener un pronóstico seguro de la situación y las tendencias del mercado. Cuanto más alejada está una empresa del consumidor en la cadena de suministro (“supply chain”, en inglés), menos se reflejará la situación real del mercado en la demanda directa. Esta dinámica se conoce como efecto látigo o efecto bullwhip.

Explicación y causas del efecto látigo

El nombre de efecto látigo o efecto bullwhip alude a cómo discurre la curva de la demanda a lo largo de la cadena de suministro. Como ocurre con los látigos, basta un pequeño movimiento (cambio) al principio para provocar un gran impacto al final. En esta metáfora, el final del látigo son los proveedores de materias primas y el movimiento del principio lo realizan los consumidores.

Para verlo más claro, explicamos en qué consiste con un ejemplo de efecto látigo:

Supongamos que la demanda de un determinado producto aumenta porque los consumidores compran cada vez más este producto o realizan grandes pedidos. Esto puede deberse a distintos factores que no vamos a analizar en este punto. Como reacción al aumento de la demanda, el minorista empieza a pedir al mayorista un mayor volumen de artículos para satisfacer las necesidades de los clientes y tener el producto disponible cuando sea necesario. A su vez, esto hace que el mayorista quiera aumentar sus existencias y, por lo tanto, aumente la cantidad de pedido a las empresas de producción. Como consecuencia, las empresas de producción necesitarán más materia prima de sus proveedores para poder satisfacer el creciente volumen de pedidos.

Por lo general, el volumen de los pedidos aumenta en cada etapa de la cadena de suministro, pues la clientela es cada vez mayor, al mismo tiempo que se prevé de antemano contar con las existencias suficientes para evitar problemas derivados de retrasos por el transporte o la producción. Con el distanciamiento progresivo del consumidor, se hace cada vez más importante tener los productos deseados o las materias primas necesarias en almacén para poder reaccionar lo más rápido posible a las necesidades de los clientes y evitar que se vayan a la competencia. Debido a esta dinámica, los proveedores perciben claramente un aumento ligero de la demanda del minorista.

Este ejemplo representa a toda la cadena de suministro, desde los proveedores de materias primas hasta el consumidor. Sin embargo, el efecto bullwhip no parte forzosamente del consumidor, sino que también puede tener su origen en otros operadores del mercado.

A continuación, exponemos algunas de las posibles causas de un efecto látigo:

  • Demanda: el empresario registra o espera una demanda creciente. Por su parte, reacciona con un aumento de la demanda a sus proveedores. Con ello, no solo pide la cantidad realmente demandada, sino una mayor provisión que le permita reaccionar con mayor rapidez a nuevos aumentos y maximizar sus ganancias. Este proceso hace que la demanda crezca a lo largo de toda la cadena de suministro.
  • Concentración de pedidos: muchas empresas agrupan sus pedidos o piden mucho más de lo que realmente necesitan para beneficiarse de un descuento por volumen o para ahorrar costes de transporte.
  • Sospecha de la aparición de dificultades: un empresario teme que haya dificultades en el suministro de determinadas materias primas o productos y aumenta las cantidades de pedido para poder seguir abasteciendo a sus clientes incluso en casos de emergencia (y, dado el caso, para disfrutar del aumento de valor de sus mercancías que acompaña a dichas dificultades).

Fluctuación de los precios: los precios pueden subir por un aumento de la demanda, como explicamos en nuestro artículo sobre la elasticidad de la demanda, por lo que los empresarios aumentan sus cantidades de pedidos para maximizar sus ganancias. Sin embargo, las promociones de descuento a veces también provocan que los vendedores tengan un gran número de existencias en sus almacenes.

¿Por qué el efecto bullwhip supone un problema para las empresas?

La problemática inherente al efecto látigo consiste en que las empresas implicadas a menudo no pueden asumir ni prever toda la evolución que se produce a lo largo de la cadena de suministro. En la práctica esto implica que, por ejemplo, la empresa de producción no sepa por qué motivos el minorista aumenta su volumen de pedidos. Sería interesante saber si se trata de un pedido colectivo estratégico o de un aumento real de la demanda, ya que en el primer caso no cabe esperar que se realicen nuevos pedidos pronto, mientras que en el segundo caso merece la pena aumentar las cifras de producción para conseguir mayores ventas.

Sin embargo, si una empresa cambia su estrategia solo porque sospecha de un aumento de la demanda, aunque no pueda estar segura de ello, entonces existe el peligro de un exceso de producción. Esto no solo provoca un desequilibrio entre la inversión y las ganancias, sino también elevados costes de almacenamiento y objetivos utópicos que, en el peor de los casos, pueden hacer que una empresa caiga en números rojos.

¿Cómo se puede evitar el efecto látigo?

Como hemos visto, en realidad el efecto látigo no representa un gran problema, siempre que todas las empresas sean conscientes de esta dinámica y que la comunicación funcione dentro de la cadena de suministro. Para ello, la tarea que desempeñan los departamentos de cadena de suministro y gestión de riesgos es fundamental en las grandes empresas. No solo ofrecen los modelos y métodos necesarios para comprender el efecto látigo con cifras, sino que también permiten identificar los posibles factores de riesgo y las estrategias necesarias para evitarlo.

A menudo, es posible evitar o reducir el efecto látigo dentro de la cadena de suministro mediante una comunicación y una transmisión de la información claras entre todas las etapas de la cadena de suministro. En la práctica, esto puede implementarse de distintas formas:

  • Los minoristas comunican directamente sus cifras de venta a los mayoristas y a las empresas de producción para que estos puedan comparar las cantidades de pedido con las ventas reales.
  • Con el uso de un software de inventarios en la nube, los vendedores, las empresas de producción y los proveedores permanecen informados en todo momento de cuándo se necesita reabastecimiento.
  • Mediante la planificación anticipada y el acuerdo de las promociones de descuento con todos los implicados en la cadena de suministro.
  • Acordando entregas de un volumen constante con los proveedores más habituales. Eso sí, la composición de la mercancía debe poder modificarse en función de las necesidades.

Para la planificación estratégica de una empresa, no solo es importante no perder de vista las propias cifras de compra y de venta, sino también las del proveedor y el comprador. Solo así se podrán estimar las expectativas de venta y las tendencias del mercado de forma realista y mantener al mínimo el riesgo empresarial.

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