Seguros para autónomos: ¿qué tipos existen?
Todos los autónomos tienen derecho a ciertas coberturas por parte de la Seguridad Social. Sin embargo, como la mayor parte de los trabajadores por cuenta propia cotizan por la base mínima, las coberturas sociales de las que pueden disfrutar resultan reducidas. Es por eso que algunas compañías de seguros también ofrecen seguros privados para autónomos. Pero ¿qué tipos de pólizas existen en este ámbito?, ¿sirven para complementar la cobertura obtenida por el pago de la cuota de autónomo?, ¿cubre aspectos no incluidos en las prestaciones sociales? Te lo explicamos a continuación:
Las prestaciones sociales para los autónomos
Una de las obligaciones registrales de todo trabajador por cuenta propia es la de darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social. Cotizar en este régimen, otorga al trabajador por cuenta propia el derecho a disfrutar de determinadas prestaciones sociales en casos en los que no pueda desempeñar su trabajo (maternidad, enfermedad, accidente laboral, etc.). No obstante, estas coberturas dependen, en parte, de la cuantía cotizada (cuota de autónomo) que, a su vez, se determina según la base de cotización seleccionada por el autónomo. Es decir, con una base de cotización mínima, la cuota de autónomos es más reducida, pero también lo son las prestaciones que se obtienen a cambio. Sea como fuere, los autónomos deben cotizar por:
- Contingencias comunes. De cotización obligatoria para los trabajadores por cuenta propia cubre, de acuerdo con la Seguridad Social, los siguientes riesgos:
- Asistencia sanitaria
- Incapacidad laboral temporal por enfermedad común o accidente no laboral
- Prestación por jubilación, incapacidad o muerte, etc.
- Baja por maternidad y paternidad
- Embarazo de riesgo o lactancia
- Contingencias profesionales. Su cotización ofrece cobertura en caso de accidente del trabajador o enfermedad profesional y es obligatoria desde 2019. Una parte del tipo de cotización se destina a la incapacidad temporal y otra parte a la incapacidad permanente, muerte o supervivencia.
- Cese de actividad. Su pago supone una garantía en caso de que, como su nombre indica, cesara la actividad por cuenta propia (cese que puede ser definitivo pero también temporal). Su cotización, se supone, permite recibir lo que comúnmente se denomina “el paro de autónomo”, claro está que para ello hay que cumplir una serie de condiciones. Desde 2019 se trata también de una cotización obligatoria.
Con el Real Decreto-ley 28/2018, de 28 de diciembre, las cotizaciones de los autónomos a la Seguridad Social que, en muchos casos, eran voluntarias (contingencias profesionales y cese de actividad), ahora son de obligado pago. Como consecuencia, se produce un aumento en la cuota de autónomo para todos aquellos que en el pasado optaban por no cotizarlas, aunque al mismo tiempo se favorece la cobertura en aspectos que anteriormente podían quedarse descubiertos, como la baja por enfermedad profesional.
Pero, como ya se ha indicado, las coberturas dependen de la base de cotización seleccionada por el autónomo. Si se tiene en cuenta que en España más de la mitad de los trabajadores por cuenta propia optan por una base de cotización mínima (según la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), en el cierre de julio de 2018 el 65,8 % de los autónomos cotizaban por dicha base), se deduce que las prestaciones a las que pueden acceder los autónomos pueden resultar insuficientes. Una manera de compensarlo es optar por seguros privados para autónomos, que se ordenan en dos grupos fundamentales, los seguros específicos para compensar las contingencias sociales, y los seguros para el negocio.
Seguros específicos para autónomos
Antes de entrar en los seguros de los autónomos es importante indicar que, al ser ofrecidos por empresas privadas, sus prestaciones dependerán de lo que ofrezcan estas empresas. Por ello, la clasificación que se ofrece a continuación es orientativa, siendo la denominación de cada seguro, así como las prestaciones incluidas en cada categoría, simples modelos. Además, como cliente es importante leer muy bien la letra pequeña, conocer la oferta al completo y hacer las preguntas pertinentes al respecto.
Seguro por baja laboral
La cotización de los autónomos a la Seguridad Social es, en la mayoría de las ocasiones, menor que la de los trabajadores por cuenta ajena. Es por eso que cuando han de parar temporalmente su actividad (ya sea por enfermedad, cuidados, maternidad, etc.), la cantidad que perciben es baja, especialmente si se cotiza por la base mínima. Por ello, muchos autónomos recurren a seguros privados que les garanticen disponer de ingresos suficientes si necesitan darse de baja temporalmente. Claro está que no todos los seguros para autónomos cuentan con las mismas coberturas, motivo por el que habrá que estudiarlos bien antes de optar por uno u otro.
Seguro sanitario
Los autónomos pueden acceder a prestaciones públicas de asistencia sanitaria. No obstante, muchos autónomos optan por pagar un seguro privado para ellos mismos y sus familias. Uno de los motivos guarda relación con la posibilidad de disponer de una atención mucho más personalizada y rápida, además de tener acceso en muchos casos a asistencia por servicios que las prestaciones públicas no incluyen: por ejemplo, la asistencia dental o los tratamientos de fisioterapia (depende del seguro contratado y de la compañía que lo ofrece). Además, este tipo de seguro es deducible, por lo que supone un ahorro en el pago de los impuestos.
Seguro de accidentes
Tienen muchos puntos en común con los seguros de baja laboral, pues al fin y al cabo lo que persiguen los autónomos con su pago es poder contar con una prestación económica el tiempo que estén de baja, solo que en estos casos la causa también puede ser un accidente laboral. También pueden cubrir los casos de fallecimiento o invalidez, gastos de hospitalización, etc. A su contratación suelen proceder todos aquellos autónomos cuya actividad profesional conlleva cierto riesgo de sufrir un percance.
Seguro de vida y seguro invalidez
También deducible en la declaración del IRPF, este tipo de seguros tiene como objetivo garantizar a los autónomos el pago de un determinado capital bien a los familiares, bien al propio afectado en caso de fallecimiento del autónomo por diversas causas o su posible invalidez. Como en todos los casos, las coberturas varían dependiendo de la póliza seleccionada.
Seguro de jubilación (plan de pensiones)
Aunque la cotización a la Seguridad Social implique el percibimiento de una pensión cuando llegue el momento de la jubilación, en el caso de los autónomos, al igual que ocurre con otras prestaciones sociales, la cantidad percibida es más baja que la de los trabajadores asalariados. Además, hay que cumplir con un mínimo de años cotizados en un periodo determinado. Por lo tanto, en la cantidad percibida influye, como ya se ha indicado en otros apartados, la base de cotización seleccionada por el trabajador, si bien la pensión también depende de los años que se ha contribuido a las arcas de la Seguridad Social. Disponer de un plan de pensiones privado contribuye a mejorar la situación económica a partir de la jubilación.
Seguros para tu negocio
En función de la actividad desempeñada, los responsables del negocio han de identificar primero los riesgos operacionales posibles para proceder a realizar una selección de seguros que protejan a la empresa. En algunos casos estos seguros son obligatorios y dependen del convenio y de la comunidad autónoma. Pero ¿a qué seguros nos referimos?
Seguro de vehículos
Cuando se necesita un vehículo para desempeñar una actividad profesional y se destina uno expresamente para ello, el seguro puede deducirse en la declaración del IRPF. La selección de una u otra póliza es decisión del autónomo, aunque, teniendo en cuenta que se trata de un vehículo necesario para el desempeño de la actividad empresarial, es importante, por ejemplo, que en las coberturas se contemple disponer de un coche de sustitución o de un servicio de asistencia rápido si surgen problemas en la carretera.
Seguro de responsabilidad civil profesional
Este tipo de seguro ofrece a las empresas cobertura en caso de reclamaciones de terceros. Existen diversas modalidades según la actividad desempeñada y las coberturas pueden adecuarse en muchos casos a la necesidad de cada cliente. Es obligatorio si la actividad tiene lugar en un establecimiento al que acceden los clientes, por ejemplo, o si se desempeñan actividades relacionadas con la sanidad, entre otras.
Seguro de establecimiento
También es posible proteger el local en el que se lleva a cabo la actividad económica con diferentes planes ofrecidos por distintas aseguradoras. Disponer de protección en caso de incendio, inundación, explosión, etc., permite, llegado el caso, reducir las posibles pérdidas. Además, se dispondrá de protección y asistencia en casos, por ejemplo, de robo.
Seguro de defensa legal
Como autónomo, tener a disposición un experto en temas legales puede ser de gran utilidad. Si se opta por un seguro en este ámbito, el autónomo podrá disponer de asistencia y asesoramiento, así como de defensa si es necesario, sin tener que hacer frente a los importantes costes derivados de ello (claro está que como ya se ha indicado anteriormente, las condiciones incluidas en cada póliza dependen de la aseguradora).
Disponer o no de un seguro privado va a ser decisión personal del autónomo, al igual que lo es decidir cotizar por la base mínima o no. No obstante, es importante ser conscientes de las prestaciones públicas a las que se tiene acceso y de su cobertura y, a partir de ahí, analizar los riesgos a los que como trabajador por cuenta propia se está expuesto. De este modo, la selección, si la hubiese, de un seguro privado para autónomo, se adecuará a las necesidades y expectativas de cada uno.