Criptomonedas: ¿cuáles son las alternativas a Bitcoin?

Aunque los bitcoins ni siquiera han llegado al grueso de la sociedad, ya existen alternativas a esta primera moneda criptográfica que apareció hace diez años. En 2017, esta popular moneda digital dio un gran salto adelante y actualmente tiene un valor de más de 10 000 dólares por bitcoin. Ahora,las alternativas a Bitcoin intentan imitar este éxito. Los motivos para el desarrollo de estas llamadas monedas alternativas o altcoin (alternative coin) son a menudo de índole ideológica: cualquiera que desarrolle una nueva alternativa a Bitcoin o cree una bifurcación (fork, en su término inglés original) piensa que su propio sistema funcionará mejor.

El éxito de Bitcoin se debe principalmente a que fue la primera moneda de este tipo. Las criptomonedas alternativas, por su parte, a veces ofrecen transacciones más rápidas, permiten trabajar con una cantidad mayor de monedas u organizan la minería de forma diferente. Pero, ¿cuáles son las alternativas a Bitcoin y cuáles sus ventajas y desventajas?

Bitcoin y la mayoría de sus alternativas provienen de una comunidad de código abierto muy activa. Desde el comienzo del desarrollo en torno a las monedas criptográficas, los implicados han dado gran importancia al hecho de que el código fuente esté disponible para cualquier interesado en él y, por tanto, pueda desarrollar productos de la competencia. Esta posibilidad, que podría ser molesta para los especuladores, es extremadamente productiva desde el punto de vista de los desarrolladores, ya que las alternativas a Bitcoin contribuyen a un mayor desarrollo de las monedas criptográficas. Hoy en día puedes invertir en más de 1 000 divisas que funcionan como Bitcoin. Sin embargo, como con la mayoría de las especulaciones del mercado de valores, existe el riesgo de perder la inversión.

Especialmente con monedas bastante desconocidas, no se puede descartar que todo el sistema se colapse. Además, sobre todo en el caso de monedas muy nuevas y poco conocidas, existe también el riesgo de ser víctima de fraude: el término Pump and Dump, basado en el comercio ilegal de acciones, hace referencia a una técnica fraudulenta en la que alguien crea su propia moneda, infla la demanda artificialmente y luego vende todas sus acciones tan pronto como el valor es lo suficientemente alto. Esto, en última instancia, lleva al colapso del mercado, pero solo después de que el defraudador haya recogido sus beneficios.

Para tu tranquilidad, te adelantamos que todas las monedas alternativas que te presentamos en este artículo tienen una capitalización bursátil bastante alta, lo que significa que la suma aritmética de todas las acciones es elevada. Este valor no es el mismo que el precio de la moneda, sin embargo: por ejemplo, nos encontraremos con criptomonedas que tienen un precio muy bajo pero una alta capitalización bursátil debido al gran número de monedas en circulación.

El sistema descentralizado Ethereum está en circulación desde 2015 y su moneda se ha convertido en la segunda moneda criptográfica más utilizada. En sus fundamentos, esta alternativa a Bitcoin se asemeja a su hermana mayor: Ethereum es también una red descentralizada peer-to-peer basada en una cadena de bloques, dato que no sorprende demasiado, ya que su desarrollador original, Vitalik Buterin, también trabajó en Bitcoin antes de empezar con Ethereum. Aunque llamó al nuevo sistema Ethereum, la moneda en sí se llama Ether y se comercia bajo la abreviatura ETH. Esta criptomoneda es interesante no solo por su alto valor actual, sino también porque lo que el sistema ofrece va más allá de la simple transferencia de dinero digital de forma anónima y segura.

La plataforma Ethereum permite la creación de los llamados contratos Inteligentes: scripts que ejecutan automáticamente las acciones definidas en el contrato tan pronto como se cumplen las condiciones. Esto puede funcionar con los proyectos de crowdfunding, por ejemplo: los fondos (en forma de divisa Ether) solo se transfieren al prestatario si se han reunido suficientes inversores. La ventaja sobre la financiación colectiva clásica es que se omite al intermediario, por lo que las posibilidades que ofrece Ethereum tienen el potencial de cambiar la estructura del mundo financiero. Hasta ahora, sin embargo, todo esto sigue siendo una visión para el futuro.

Numerosos usuarios han criticado a Bitcoin por la existencia de embudos en las transferencias de dinero: en lugar de los 10 supuestos minutos planificados para su procesamiento, la transacción a veces puede tardar varias horas, aunque sea todavía más rápida que una transferencia bancaria en los bancos tradicionales. Ether, en cambio, utiliza un protocolo diferente, lo que debería permitir la realización de transacciones monetarias en cuestión de segundos.

A pesar de su buen funcionamiento, Ethereum tampoco es inmune a las críticas, ya que el sistema, aún joven, se ha visto envuelto en un gran escándalo: dentro de Ethereum se ha creado una compañía a través de la mayor financiación colectiva del mundo hasta la fecha (160 millones de dólares en Bitcoins en tan solo tres semanas). En el DAO (Organismo Autónomo Descentralizado), todos los accionistas deciden democráticamente cómo se invierte el capital en otras empresas, principalmente en empresas de nueva creación. Si un inversor se opone a la decisión democrática, es libre de retirar su dinero del fondo y transferirlo a una subcuenta. Un inversor desconocido se aprovechó precisamente de este proceso y no solo lo llevó a cabo una vez, sino muchas, por lo que también ha sacado del fondo un múltiplo de su propio dinero: el sistema no había notado que las acciones ya se habían escindido y el atacante acumuló acciones por un monto de 53 millones de dólares. Inicialmente, esto es solo un problema para los inversores, pero el DAO es probablemente el mayor participante en la cadena de bloques, con un 17 %, por lo que toda la comunidad tuvo que reaccionar. Finalmente se decidió realizar una bifurcación, es decir, separarse del sistema principal. Esta bifurcación equivale a una reforma monetaria: al actualizar el software, se intercambian los Ether y se crea un nuevo sistema.

Sin embargo, la cadena de bloques original sigue funcionando, ya que no todos los miembros de la comunidad están de acuerdo con la citada bifurcación. De esta forma, ahora existe un sistema nuevo, Ethereum Classic, junto al sucesor del original, que sigue manteniendo el nombre Ethereum.

Bitcoin ya ha sufrido su propia bifurcación: Bitcoin Cash. Esta bifurcación vino precedida por años de discusión antes de que tuviera lugar en verano de 2017. El punto de inflexión dentro de la comunidad fue el límite de tamaño de bloque establecido por el principal desarrollador, conocido con el pseudónimo de Satoshi Nakamoto. Este era demasiado bajo para muchos desarrolladores de la comunidad de la criptomoneda, por lo que decidieron desarrollar una alternativa a Bitcoin. El problema con los bloques pequeños es que solo permiten una tasa de transacción baja: el límite de 1 MB permite alrededor de siete transacciones por segundo. Al inicio de Bitcoin, este número era suficiente, pero con el tiempo y el gran éxito de la moneda, hoy el sistema topa con sus límites constantemente, lo que deriva en constantes embudos que retardan las transferencias en varias horas.

Por este motivo, una parte de la comunidad decidió establecer un producto rival que permita un límite mucho más alto.

Entonces, y dadas las mejoras de una alternativa, ¿por qué no desapareció el bitcoin original? En primer lugar, esto se debe a que Nakamoto quería garantizar la seguridad de los bitcoins, para lo que los limitó: como cada bloque tiene solo 1 MB de tamaño, el sistema evita que los mineros introduzcan enormes bloques de spam en la cadena de bloques.

Además, también hay beneficiarios cuando se producen embudos en las transferencias: los mineros, que se aseguran de que se puedan realizar transacciones, ahora cobran tarifas a los usuarios para priorizar las transferencias. La disminución de los embudos también se traduce en menores ingresos.

La bifurcación no causó daños ni a Bitcoin ni a Bitcoin Cash: mientras que el precio de las acciones de Bitcoin sigue creciendo, Bitcoin Cash (negociado bajo la abreviatura BCH) también ha subido y actualmente ocupa el tercer lugar detrás de Bitcoin y Ethereum en términos de capitalización de mercado. Para garantizar que el buque insignia de esta alternativa a Bitcoin, la velocidad de las transacciones, siga existiendo en el futuro, ya están previstas dos actualizaciones que deberían aumentar de nuevo el tamaño máximo de los bloques. En algún momento quieren alcanzar la velocidad de Visa o PayPal, aunque el proyecto todavía se encuentra en sus inicios.

IOTA ha sido especialmente desarrollada para el Internet de las cosas (IoT, Internet of Things). Básicamente, se trata también de una moneda anónima y digital pero, en lugar de la cadena de bloques, se utiliza un sistema matemático llamado enredo. La idea detrás de IOTA es evitar las comisiones de transacción de las monedas criptográficas que resultan del principio básico de la cadena de bloques. Las monedas como bitcoin y otras altcoins se basan en la idea de la minería: para realizar transacciones, es necesario proporcionar potencia de computación dentro de la red peer-to-peer. Los mineros profesionales llegan a asumir altos costos de electricidad en algunos casos. Para que esto siga dando sus frutos, es necesario un incentivo en forma de tasas.

Tangle evita este problema: su tecnología se basa en un Gráfico Acíclico Dirigido (DAG). La gran diferencia respecto a otros sistemas es que cada transacción requiere la validación de dos transacciones extranjeras. Esto significa que el sistema no requiere minería: todo usuario que desee realizar una transacción está obligado a validar otras transacciones, lo que se traduce en un aumento en la velocidad en las transferencias. El debate sobre las polémicas que han tenido lugar en el entorno de Bitcoin durante años y que finalmente ha llevado a la creación de Bitcoin Cash no es necesario con IOTA, ya que, en principio, los usuarios pueden realizar un número infinito de transacciones por segundo.

Esto es especialmente interesante si echamos un vistazo a la idea inicial de IOTA, ya que fue concebida como una moneda criptográfica indicada para su uso en el ámbito del Internet de las cosas. Cuando no solo todos los usuarios de Internet, sino también todos los objetos electrónicos están conectados y realizan transacciones, una escalabilidad ilimitada es indispensable. Esto podría explicar por qué grandes empresas como Deutsche Telekom, Bosch o Microsoft están invirtiendo ahora en IOTA e impulsando el desarrollo del proyecto. La participación de empresas tan grandes ha llevado a IOTA a ocupar una posición muy importante en el mercado de las criptomonedas.

Los críticos de la IOTA recriminan al sistema partir de un supuesto idealista pero poco probable para eliminar las cuotas de transacción: después de todo, la validación de las transacciones todavía requiere potencia de computación, dependiendo del volumen de transferencias. Esto puede causar problemas, especialmente con los dispositivos móviles. Por lo tanto, ya se especula con la posibilidad de que se desarrollen proveedores que se hagan cargo de la validación a cambio de una tarifa. Otro punto crítico es la seguridad: para iniciar un ataque en la cadena de bloques, el atacante debe proporcionar más de la mitad de la potencia informática de toda la red. Dado que IOTA no requiere que una transferencia bancaria sea confirmada por todos los participantes, sino solo unos pocos, aumenta la probabilidad de un ataque malicioso.

Otra alternativa a Bitcoin es Ripple, una moneda similar a Ethereum que se define a sí misma como la cadena de bloques de los bancos: una plataforma para el intercambio de dinero, ya sea criptográfico o tradicional. Esta es también una de las mayores diferencias entre Ripple y otras monedas como Bitcoin: donde otros sistemas siguen la ideología de que los bancos y otras instituciones financieras se están quedando obsoletos, Ripple quiere integrar a los intermediarios dentro de su red. De este modo, los bancos deberían poder procesar transferencias (incluso internacionales) en cuestión de segundos.

La red de Ripple, a diferencia de los otros sistemas, no está organizada de forma descentralizada: las piedras angulares del sistema son las bases de datos accesibles al público y cada transacción individual se registra en ellas. El registro se encuentra en varios servidores distribuidos por todo el mundo y se coteja constantemente mediante algoritmos de consenso. De hecho, Ripple se comercia con pagarés en lugar de dinero. Las llamadas pasarelas, que en la mayoría de los casos son bancos, cambian estos pagarés por dinero fiat, es decir, dinero establecido como moneda por una regulación gubernamental.

Sin embargo, la red Ripple también ofrece su propia moneda criptográfica: XRP (también llamada Ripple). El precio de una XRP es muy bajo en comparación con otras criptomonedas, y ni siquiera vale la mitad de un dólar estadounidense. Esto se debe principalmente a que Ripple tiene en circulación una gran cantidad de monedas digitales en comparación con otras criptomonedas. Originalmente, los desarrolladores crearon 100 mil  millones de XRP, número que, de acuerdo al protocolo, no debería modificarse. Sin embargo, no todas están en circulación, ya que los especuladores comercian con XRP al igual que hacen con otras monedas criptográficas.

Para entender cómo funciona esta moneda, hay que dar otro paso atrás y recordar su idea inicial: en principio, las deudas (o pagarés) se intercambian entre las pasarelas a través de Ripples. Por ejemplo, si un usuario desea enviar dinero a otra persona, lo paga a través de una pasarela de enlace, la cual no envía el importe directamente, sino que da instrucciones a la pasarela de enlace del usuario receptor para pagar el dinero. Esto significa que una pasarela de enlace está en deuda con la otra, lo que requiere confianza entre las partes negociadoras. Si no es posible, se pueden conectar pasarelas adicionales entre sí, las cuales a su vez confían las unas en las otras. Sin embargo, esta cadena de confianza aumenta los costos de transacción; en tal caso, es posible cambiar a XRP, convertir la cantidad real y transferir así los valores directamente en cuestión de segundos.

El otro beneficio de Ripples es la seguridad: las transacciones que no se llevan a cabo en XRP están sujetas a un cargo. Actualmente, una transacción cuesta las llamadas 10 drops, lo que corresponde a 0,00001 XRP y, por lo tanto, equivale a una pequeña fracción de un dólar estadounidense. Lo especial de esta tarifa es que nadie la puede reclamar: los Ripples correspondientes simplemente se destruyen. Dado que los desarrolladores no introducen nuevas monedas en la red, el valor de XRP aumenta con el tiempo y, por tanto, la tarifa de transacción probablemente también se ajustará. El objetivo detrás de estos costes es proporcionar protección contra el spam o los ataques en la red.

Teóricamente, es posible que los criminales sobrecarguen la red con transacciones falsas. Lo que esta tasa puede evitar es que tales ataques sean antieconómicos. Para que esta técnica funcione, es necesario que cada cuenta en Ripple tenga al menos 20 XRP de reserva en la billetera digital, lo que garantiza que los usuarios puedan pagar las tasas de transacción.

Ripple ha atraído mucha atención dentro el mundo financiero, principalmente debido a su enfoque bancario. Algunas instituciones financieras ya han establecido asociaciones con el sistema o, al menos, han expresado interés de forma abierta. Sin embargo, hasta ahora solo unos pocos proveedores de servicios han utilizado Ripple, ya que el sistema se critica mucho debido a la distribución de Ripples: de los 100 mil millones iniciales de XRP, los desarrolladores retuvieron el 20 % para ellos y transfirieron el resto a Ripple (anteriormente Rippe Labs). La empresa desarrolla el protocolo y distribuye todos los Ripples que se reciben dentro de la red.

Los opositores critican a la compañía por querer distribuir sólo 55 mil millones de XRP de estos 80 mil  millones. La empresa quiere quedarse con los 25 000 millones restantes y utilizarlos para financiarse: si el valor del XRP aumenta en el futuro, el valor total de la empresa también aumentará. La comunidad también está preocupada por el hecho de que solo una fracción de los 55 000 millones prometidos haya sido distribuida a los participantes de la red. Con el fin de refutar esta crítica, un algoritmo debe proporcionar la distribución que se ha prometido.

Litecoin se ha desarrollado como una alternativa a Bitcoin más dinámica. Técnicamente, esta criptomoneda nacida en 2011 es casi idéntica a la bitcoin original. Sin embargo, hay dos cambios en particular que justifican su desarrollo y han hecho de Litecoin una de las monedas criptográficas más exitosas. La primera diferencia es que la creación de bloques es mucho más rápida que en Bitcoin. En lugar de los 10 minutos de la primera, Litecoin tarda dos minutos y medio en generar un nuevo bloque, lo que asegura que el sistema confirme las transacciones más rápidamente y lo que también reduce las tarifas de transacción cobradas por los miners.

La segunda característica distintiva también está relacionada con los miners: Bitcoin utiliza la función hash SHA-256 para el cifrado, mientras que Litecoin utiliza Scrypt. Esta tecnología de cifrado requiere mucha más capacidad de almacenamiento y, por lo tanto, no es tan fácil de conseguir con los ASIC. El objetivo era que la mina pudiera organizarse de forma más descentralizada y no por parte de unos pocos que pudieran invertir en grandes soluciones de hardware, como ocurre en el caso de Bitcoin. Cada usuario puede realizar la extracción con un PC normal, aunque este plan no ha funcionado del todo debido a nuevos ASIC desarrollados para manejar Scrypt de forma eficaz.

A pesar de estas desventajas, tiene muchos puntos a su favor: por ejemplo, los mineros son recompensados con más litecoins. Aparte de las tasas de transacción, que en principio cada miner puede determinar por sí mismo, el minero recibe 25 litecoins por bloque. Este importe se reducirá a la mitad cada cuatro años. Al final, al igual que con otras monedas criptográficas, esto conduce a un total final fijo al que todo el sistema se está acercando cada vez más. Durante el proceso de extracción, se producirán un total de 84 millones de litecoins, exactamente cuatro veces más que en Bitcoin (con 21 millones de monedas).

Otra alternativa a Bitcoin es Dash (abreviatura de Digital Cash). También se basa en una red peer-to-peer, pero introduce algunas características nuevas que la diferencian de Bitcoin. La organización de la red es algo diferente: consta de dos niveles y no solo se basa en los miners, sino también en los nodos maestros. Estos nodos, también organizados de forma descentralizada, se encargan de la gestión de la red, así como de una forma de transferencia rápida y privada, denominada InstantSend y PrivateSend. Cuando se trata de una transferencia inmediata de valores, primero hay que entender por qué esto no sucede de forma inmediata con Bitcoin y sus alternativas.

La transferencia en sí misma no es el factor determinante. Lo que lleva tanto tiempo es confirmar que se trata de una transferencia válida y no del llamado doble gasto. Para acelerar estas validaciones, Dash utiliza los nodos maestros, por los cuales el usuario que desea utilizar InstantSend debe pagar una tarifa. PrivateSend también funciona a través del segundo nivel de la red. Se enfatiza repetidamente que las monedas criptográficas serían una forma anónima de pago, pero de hecho esto es solo verdad en parte.

El principio de la cadena de bloques reside en registrar el camino que sigue una moneda digital en los bloques de esta cadena. De esta manera, cualquiera puede seguir los pagos. En Dash, los nodos maestros aseguran que las monedas se intercambien aleatoriamente y que las cadenas no se interrumpan. Aparte de estas características, el sistema de nodos maestros es especialmente responsable del desarrollo de la red completa. Con el fin de garantizar el futuro desarrollo de Dash, existe una cuenta inherente al sistema para los fondos de desarrollo, denominada Tesorería: cuando los miners son recompensados al crear un bloque en Bitcoin y sus alternativas, Dash Miner (45 %), Master Nodes (45 %) y Treasury (10 %) participan en el beneficio.

Por lo tanto, toda la comunidad se hace cargo de los costes del desarrollo. En otras criptomonedas, por el contrario, los desarrolladores dependen de donaciones externas, lo que conlleva el riesgo de corromper a los que toman las decisiones. Los nodos maestros también determinan lo que debe suceder con las monedas guardadas. Para confiar en los nodos maestros, los propietarios de estos servidores deben tener al menos 1 000 Dash.

La comunidad quiere asegurarse de que los responsables de la toma de decisiones en cuestión siempre tengan en mente lo mejor para Dash, ya que, después de todo, si el sistema colapsa, ellos mismos se verían gravemente afectados. Si cumplen los requisitos necesarios, cada suscriptor de la red Dash puede proporcionar un nodo maestro.

Otra alternativa a Bitcoin es Monero (palabra para el término "moneda" en esperanto), centrada en el anonimato de los usuarios. Monero utiliza un protocolo completamente diferente al de Bitcoin y a las monedas criptográficas que se basan en ella: al igual que Litecoin con Scrypt, Monero trata de impedir la minería realizada con ASIC con el algoritmo CryptoNight. En lugar de ello, se utilizan PC estándares para la minería. Sin embargo, esto tiene una desventaja: ahora también existen scripts para páginas web que hacen un mal uso de los dispositivos de los internautas (PC, smartphones o tabletas) para la minería, la mayoría sin consentimiento directo de los usuarios. Se trata de un método utilizado por algunos webmasters en lugar de utilizar anuncios para financiar su propia página web.

Generalmente, se debe generar un nuevo bloque cada 2 minutos, ajustándose la llamada mining difficulty constantemente: para evitar que la minería se lleve a cabo demasiado rápido, el sistema aumenta continuamente la dificultad para calcular los bloques. Si hay muy poca potencia de computación disponible en la red, el nivel de dificultad también puede caer. A medida que la diversidad minera continúa aumentando, también lo hace la recompensa. Bitcoin, por otro lado, cambia gradualmente la recompensa: se reduce a la mitad cada cuatro años. Sin embargo, no está previsto que con el tiempo se disponga de una cantidad máxima de monedas Monero: la emisión comienza a partir de aproximadamente 18,4 millones de monedas. La red genera 0,3 Monero por minuto.

Esto mantiene el incentivo de la minería en el futuro. Además, de este modo pueden compensarse las monedas destruidas: las contraseñas olvidadas o perdidas pueden inutilizar a las bitcoins y otras monedas criptográficas, del mismo modo que los errores de hardware pueden llevar a la pérdida de monedas si no se han hecho copias de seguridad.

La otra gran diferencia entre Monero y Bitcoin es el alto valor que esta altcoin da al anonimato. Para conseguir el máximo anonimato posible, Monero tiene tres mecanismos incorporados en la cadena de bloqueo:

1. Ring signatures (firma en círculo): en una transferencia bancaria, no solo el remitente firma la transacción, sino todo un grupo. Esto hace imposible rastrear exactamente quién está detrás de la transacción.
2. Ring Confidential Transactions (transacciones circulares confidenciales): la ayuda de RingCT evita que terceras personas vean el valor de una transacción. Lo único que puede ver es que la transferencia es correcta.
3. Stealth Addresses (direcciones ocultas): para asegurar que el destinatario de una transacción permanezca invisible, Monero utiliza las llamadas direcciones ocultas. En lugar de a la dirección real de un usuario, se transfiere a una dirección única. Con una clave de vista, la cuenta busca en el sistema nuevas transacciones destinadas al usuario correspondiente.

Sin embargo, la privacidad que Monero ofrece tiene un precio. Debido a la información adicional dentro de la cadena de bloques, esta contiene una cantidad bastante grande de datos, lo que puede causar problemas para realizar descargas, especialmente si deseas utilizar Monero a través de un dispositivo móvil. Para garantizar el anonimato, tampoco es posible cargar solo una parte de la cadena de bloques, como ahora ofrece Bitcoin.

Los vendedores o desarrolladores de monedas alternativas digitales intentan formar parte del éxito que ha tenido Bitcoin. Cada sistema ofrece diferentes funciones y mecanismos para asegurar su lugar en el mercado.

Además de estas conocidas y exitosas altcoins, también hay monedas criptográficas en el mercado que se han originado a partir de una idea diferente y algunas que todavía no son muy conocidas.

• Einsteinium: la Fundación Einsteinium utiliza la cadena de bloques para invertir en educación. Los proyectos de investigación se apoyan a través de un fondo de fundación y crowdfunding.
   
• Mannabase: Manna trata de lograr una renta básica universal a través de la blockchain. La asociación sin ánimo de lucro detrás de esta alternativa a Bitcoin quiere utilizar la moneda para combatir la corrupción y la brecha económica global, así como para encontrar una solución al desempleo a través de la automatización.
   
• TrumpCoin: una moneda criptográfica creada para beneficiar al 45º presidente de los Estados Unidos. La moneda digital dio un breve salto al comienzo de su mandato, pero pronto volvió a tender al valor cero.
   
• PutinCoin: si el presidente de los EE.UU. tiene una, su equivalente ruso también necesita su propia moneda criptográfica que consigue unos resultados ligeramente mejores.
• PotCoin: a veces también se crean monedas en Internet para usos muy concretos y limitados. Con PotCoin los usuarios compran marihuana.
   
• PepeCash: una moneda alternativa basada en un meme. La moneda es tan seria como los memes de las ranas que la representan.

Ni los bitcoins ni las numerosas alternativas que han aparecido durante los últimos años han conseguido hasta ahora establecerse como una moneda adecuada para el uso cotidiano. Sin embargo, este dato no es necesariamente negativo, ya que muchas monedas criptográficas realmente no han aparecido con este propósito. Su valor actual es principalmente el resultado de una especulación audaz: algunos inversores ya han obtenido grandes beneficios con Bitcoin. Sin embargo, el temor de los inversores de que se trate de una burbuja que podría estallar en cualquier momento es difícil de disipar.

Incluso sin el incentivo financiero, las técnicas y procedimientos utilizados en las diversas monedas criptográficas son muy interesantes para desarrollos futuros. La cadena de bloques se puede utilizar para una gran variedad de aplicaciones y la idea de los contratos inteligentes seguramente encontrará más campos de aplicación dentro de unos años. Por lo tanto, la evolución de las alternativas a Bitcoin, al menos desde una perspectiva técnica, se revela como algo extremadamente significativo.