Comprar seguidores: ¿vale la pena la inversión?
Hoy en día, toda empresa que quiera alcanzar el éxito tendrá que implementar una estrategia de marketing en redes sociales. Se trate de Facebook, Twitter, Instagram o YouTube, todas las empresas deben estar presentes en las redes sociales con el fin de alcanzar a su audiencia potencial en Internet. En teoría, iniciarse en la red social parece una tarea sencilla: con unos pocos clics es posible crear una fanpage de empresa en Facebook o un perfil de empresa en Instagram.
Ahora bien, toda estrategia de marketing en las redes sociales requiere una gran inversión de tiempo y trabajo. Es necesario planificar el contenido y las publicaciones con semanas de antelación y cuidar constantemente las cooperaciones con influencers. Sin embargo, aquellos canales gestionados profesionalmente y con publicaciones constantes apenas aportan beneficios desde la perspectiva del marketing si no tienen seguidores. El hecho de que publicar el primer post parezca sencillo no quiere decir que empezar a trabajar con cualquiera de estas plataformas sea tan simple como parece. Debido a que los seguidores raramente llegan por sí solos, conseguirlos y mantenerlos es una tarea laboriosa y de gran responsabilidad. Como consecuencia, y frente a la pregunta de cómo conseguir seguidores, muchos llegan a plantearse comprarlos y, por lo tanto, tomar el camino rápido hacia el éxito en las redes sociales. Ahora bien, aunque comprar likes parece interesante, ¿tiene realmente sentido?
El negocio de los likes y de los seguidores
¿Dónde se compran seguidores? En Internet existen innumerables proveedores especializados en la “compra de seguidores”. Con una breve búsqueda en Google encuentras una extensa lista de páginas web que ofrecen alguna forma de venta de seguidores.
Muchos de los proveedores en Internet cubren un amplio espectro, ya que no solo se limitan a la venta de seguidores para Instagram, Facebook y Twitter, sino que abarcan el conjunto de redes sociales, incluyendo también a Snapchat, YouTube, Google+ e incluso Soundcloud. Además, en algunas plataformas se puede decidir si solo se opta por la compra de seguidores, es decir, likes, o si se prefiere adquirir también otro tipo de interacciones como shares, comentarios, retuits o descargas. Asimismo, hay algunos proveedores que permiten incluso seleccionar el alcance nacional o internacional de las cuentas ficticias que realizan estas interacciones.
En principio, todos los proveedores que comercializan con seguidores suelen hacerlo a través de paquetes. Por ejemplo, se adquieren 1.000 seguidores de una vez o repartidos en varias semanas. Si se opta por paquetes de gran tamaño suele obtenerse un descuento y los paquetes de menor envergadura están disponibles desde 10 euros, aunque realmente a partir de aquí no hay un precio límite prestablecido. Además de una cantidad significativa de seguidores y likes, el proveedor también ofrece perfiles de usuarios con mayor calidad a cambio de una oferta más cara. En definitiva, comprar seguidores o comprar likes no representa una gran inversión de dinero, pues realmente por pocos euros es posible adquirir unos cuantos miles de seguidores en Instagram.
Influencers inverosímiles
Cuando de repente se produce un aumento drástico de seguidores en una cuenta, surge el primer problema. Un canal cuyo número de seguidores aumenta a 10.000 en tan solo unos pocos días parece todo menos creíble y orgánico. Aunque para las empresas, a primera vista, esto pueda no tener importancia alguna, la compra de seguidores puede tener como nefasta consecuencia la pérdida de confianza de los consumidores en la marca. Además de los perfiles corporativos existen también usuarios particulares que se ganan la vida mediante cooperaciones en las redes sociales: bloggers, vloggers, actrices o modelos, más conocidos como influencers, para los que los likes e interacciones son imprescindibles.
Si eres blogger o influencer, las empresas que tienen interés en iniciar una cooperación pueden determinar rápidamente si has construido tu alcance de forma orgánica o si has comprado likes y seguidores. En la actualidad, existen numerosas herramientas que permiten analizar una cuenta de Instagram en cuestión de segundos. Así, cuando una empresa está buscando a un influencer como testimonio para sus productos pero se encuentra en las estadísticas con que los seguidores fueron comprados, perderá inmediatamente el interés en la cooperación. Ahora bien, identificar si una cuenta compró seguidores o no no solo se logra a través de herramientas estadísticas: una ojeada a la lista de seguidores dice mucho más que mil análisis. Los indicadores típicos de la compra de seguidores son perfiles sin fotos y nombres crípticos.
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100.000 seguidores, pero interacción nula
Todo esto se resume en que, en el caso de los influencers, comprar seguidores es poco serio y fácil de descubrir y, al final, no tiene un gran impacto. Por otro lado, las empresas deben invertir tiempo para comprobar e investigar si el alcance de los bloggers o instagramers elegidos se ha conseguido de forma orgánica. Esto se debe principalmente, y este es el segundo factor en contra de la compra de seguidores, a que 100.000 seguidores no aportan nada si la cuenta no tiene rastros de ningún tipo de interacción.
La interacción de los usuarios es uno de los indicadores de rendimiento (KPI) clave para el marketing online, especialmente en la disciplina que se ocupa de las redes sociales. Por lo general, los seguidores falsos no tienen ningún interés en las publicaciones de las empresas o influencers. Al comprar seguidores, el índice de compromiso o engagement rate es especialmente bajo, pues es muy raro que estos comenten o interactúen con el perfil. Claro está, para solucionar este problema también es posible comprar comentarios y vistas de vídeo, pero con esto te sitúas al borde de una espiral de gastos en la que seguramente no querrás entrar. Al fin y al cabo, a los usuarios comprados no les interesa ni el post ni la marca.
Más delicado es el tema de las empresas que deciden comprar seguidores u otro tipo de interacción virtual, pues se mueven en terreno peligroso. Si la comunidad de usuarios descubre este desliz, la aparente popularidad se vuelve en contra de las propias empresas. Además, bajo el punto de vista legal, estas acciones se encuentran en una zona gris. Podría argumentarse que la empresa ejerce competencia desleal al sugerir que la aceptación de una marca o producto es mayor que la que en realidad posee.
Tiene más sentido invertir en un contenido cualitativo y en acciones y medidas interesantes para los usuarios con la finalidad de generar, así, seguidores de forma orgánica. Es aquí donde la colaboración con influencers representa el primer paso. Sin embargo, recuerda siempre elegirlos cuidadosamente.
Visita nuestra guía sobre la figura del influencer marketing, así como la serie de artículos sobre Instagram para empresas para conocer más al respecto.
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